martes, julio 07, 2009
Gatitos venecianos
Texo y foto por Miriam Badillo
Siempre digo que a mí no me gustan los gatos. En mi mente se interponen las imágenes de mis caballos y perros, animales preferidos. Con los gatos tengo un prejuicio de pelos, aromas y comportamientos misteriosos y desapegados (seguramente en ello radica su encanto para los admiradores del felino). No lo sé de cierto, pero creo que empiezo a comprenderlos y a mirarlos con peligrosa curiosidad. En la imagen, dos de ellos me miran con envidiable serenidad, el tercero sólo ejerce su oficio… además están hermosos, tout simplement.
Texo y foto por Miriam Badillo
Siempre digo que a mí no me gustan los gatos. En mi mente se interponen las imágenes de mis caballos y perros, animales preferidos. Con los gatos tengo un prejuicio de pelos, aromas y comportamientos misteriosos y desapegados (seguramente en ello radica su encanto para los admiradores del felino). No lo sé de cierto, pero creo que empiezo a comprenderlos y a mirarlos con peligrosa curiosidad. En la imagen, dos de ellos me miran con envidiable serenidad, el tercero sólo ejerce su oficio… además están hermosos, tout simplement.