lunes, septiembre 27, 2010

Caballo

Por Miriam Badillo



Por arenas que arden, ciudades con tapices de piedra, praderas primigenias, el caballo ha trotado la vida con sus cuatro dedos. Lo que sus finos músculos, su extensa zancada, su serenidad de sabio extrañamente joven y galante han significado en batallas, travesías y noches solitarias es múltiple e incalculable.

Es solar y paciente. Es salvaje y nocturno. Casi nunca pensamos en su parentesco con la cebra y con el asno. Ella pasea sus deliciosas rayas tan lejos de nosotros, es apenas una estampa en la sabana. Él no aspira a la galanura de su alto primo, es apenas un pariente poco exquisito, tal vez cómico; pero ambos conocen el sabor de la tiranía y la humillación de la montura. El caballo es melancólico como todos los que alguna vez anduvieron solos y a sus anchas, lejos de los hombres. Algo de eso hay aún en la materia cristalina de sus ojos, en sus genes de diminuto ancestro, en sus remotos orígenes, desapariciones y resurgimientos entre continentes ahora artificialmente conexos.

Lugones nos ha hecho ver, en un mundo imaginado, que la osadía de desear humanizarlo por hermoso, inteligente y fino es una atrocidad. En un mundo real, este príncipe de firme y delicada grupa se dibujó con horror en la sorpresa de quienes lo vieron por vez primera como monstruo-centauro y tanto asombro delineó la derrota de un pueblo.

Él seduce y entonces nos empeñamos con rigor en la perfección de su andar, la sutileza de su color (que nunca es sólo marrón oscuro o claro sino alazán o palomino), el garbo de sus vestiduras, en la dulzura cosquilleante de su cabellera que me niego a llamar crin.

Los jinetes le platican sus desventuras, las doncellas lo sueñan sensualmente encuernado, los que escriben lo hacen personaje memorable en literaturas diversas: en ellas va de corcel a rocín a jamelgo, pero el mito lo imagina alado y nos cumple con elegancia el añejo sueño del vuelo natural de creaturas que no han sido dotadas para tal efecto.

This page is powered by Blogger. Isn't yours?